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La Inteligencia Emocional en la Formación Integral de los docentes de educación inicial de la Unidad Educativa Santo Domingo de los Colorados

MSc. Molina Cusme Jorge Julio, MSc. Novillo Solórzano Verónica Elizabeth

Instituto Tecnológico Superior Japón, República del Ecuador. Instituto Tecnológico Superior Japón, República del Ecuador.

jmolina@itsjapon.edu.ec vnovillo@itsjapon.edu.ec


Introducción

La inteligencia emocional es de vital importancia en el ámbito profesional de un docente, hoy por hoy cabe mencionar las habilidades que cada ser humano posee, para conocerse a sí mismo e identificar sus emociones y sentimientos y lograr reconocer los sentimientos de nuestros semejantes; siguiendo esta la empatía que tenemos con los demás para ser capaces de solucionar los problemas; es por ello que los docentes y estudiantes juegan un papel importante en la etapa formativa, ya que ejercen gran influencia en la vida de cada uno de ellos.

La Educación inicial se fundamenta en la calidad académica, en la creatividad y en la innovación, su capacidad para responder a los retos científicos y humanos de la época y sociedad regional, nacional e internacional equitativa, solidaria y eficiente.

La presente investigación se centra en la importancia del rol que cumple el docente como agente de desarrollo de la inteligencia emocional en sus estudiantes, sus habilidades de autoconocimiento, autocontrol, empatía, comunicación e interrelación.

Por ello el estudio del problema sobre papel que cumple la inteligencia emocional en la formación integral de los docentes de educación inicial de la Unidad Educativa Santo Domingo de los Colorados, surge con la necesidad de considerar a la educación no solo como un instrumento para el aprendizaje de contenidos y desarrollo de competencias cognitivas, sino también como un espacio que contribuye a la formación integral de los estudiantes, que fortalezcan la construcción y reforzamiento de valores para que logren una vida emocionalmente saludable, convivencia pacífica y armónica. Se planteó como objetivo general determinar la incidencia de la inteligencia emocional en la formación integral de los docentes de educación inicial de la Unidad Educativa Santo Domingo de los Colorados.

Desarrollo

Inteligencia Emocional

Concepto

La inteligencia emocional es la capacidad que tiene el ser humano de conocer sus sentimientos y lo de los demás, y también tener la capacidad para manejarlos.

(Goleman, 2005, p. 131) define a la inteligencia emocional como: “una habilidad de autoconocimiento, auto reglamentación o autocontrol, motivación, en la habilidad de las señales emotivas y conductuales de los demás (empatía) y en las habilidades interpersonales”.

Entendiéndose, a la inteligencia emocional como una forma de interactuar con el entorno, en donde se toma en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasma, la perseverancia, la empatía y la agilidad mental.

(Aispur, Gustavo, 2010, p. 58), define a la Inteligencia Emocional como: “la habilidad para percibir, administrar y expresar con exactitud las emociones; generar sentimientos que faciliten el pensamiento; entender las emociones y el conocimiento emocional y; regular reflexivamente las conductas emocionales de manera que favorezcan el crecimiento intelectual y emocional”.

Entonces, la inteligencia emocional es importante en la vida de las personas, ser equilibrado en una reacción emocional, saber controlar las emociones y los sentimientos, conocerse y auto motivarse, eso da a la persona la capacidad de ser mejor persona, con mejores relaciones, lo que hará en su vida personal y profesional una vida normal en su desenvolvimiento.

(Nerici, Giuseppe 2005, p. 91), define como: “la capacidad de comprender las emociones y conducirlas, de tal manera que podamos utilizarlas para guiar nuestra conducta y nuestros procesos de pensamiento, para producir mejores resultados”, es decir, se refiere a la capacidad humana de sentir, entender, controlar y cambiar estados emocionales en uno mismo y en los demás. Inteligencia emocional no es ahogar las emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas.

Igualmente, la inteligencia emocional ayuda a potenciarse como personas en todos los niveles enfocadas a desarrollar las relaciones sociales; permite enfocar la habilidad de controlar nuestra vida y saber cómo dirigirla para obtener los resultados que se desea.

(Lawrence Shapiro, 2012, p, 32), considera que: “En el ámbito académico-educativo la inteligencia emocional se ha mostrado como un predictor del rendimiento académico para los alumnos”, esto es porque un elevado rendimiento académico se asocia con algunas de las características que presentan las personas con elevada inteligencia emocional, como la esperanza, la revelación emocional y el control de impulsos.

Desarrollo de la inteligencia emocional

La convivencia en un mundo complejo y multicultural es cada vez más complicada. En los últimos años se han producido un incremento en el estrés psicosocial en las sociedades desarrolladas. Entre estos están las situaciones de conflicto en la interacción social con los problemas de convivencia derivados de ellas. Nuestra sociedad ha valorado durante muchos siglos un ideal muy concreto de ser humano: la inteligencia emocional. Tradicionalmente, se consideraba que un alumno tenia inteligencia emocional adecuada cuando dominaba sin dificultad los contenidos y conceptos propios de las diferentes áreas y tenía poder de auto relacionarse.

(Aledo, 2012, p. 148), afirma que:

En el siglo XXI esta visión ha entrado en crisis por dos razones. La primera es que la inteligencia académica no es suficiente para alcanzar el éxito profesional. La segunda razón es que ni la inteligencia garantiza el éxito en nuestra vida cotidiana ni el coeficiente intelectual de las personas contribuye de manera determinante en nuestro equilibrio emocional ni en nuestra salud mental, sino que son otras habilidades sociales y emocionales, las responsables de nuestra estabilidad emocional y mental, así como de nuestro ajuste social y relacional.

En este caso, la inteligencia emocional es propulsora de la reflexión, la responsabilidad, la libertad, la creatividad, la solidaridad y la convivencia y por ello es necesario enseñar a los alumnos a identificar, reconocer y controlar sus emociones ya que este conocimiento mejorará la capacidad de la institución educativa para enseñar, al mismo tiempo que permitirá a los futuros profesionales a enfrentarse a una sociedad cada vez más competitiva y menos afectiva como consecuencia de las relaciones interpersonales ineficientes que hacen cada día más difícil la convivencia humana.

Entonces, las instituciones educativas deben promover situaciones que posibiliten el desarrollo de las emociones en los estudiantes, es decir plantearse el reto de enseñar al estudiantado a ser emocionalmente inteligentes dotándoles de estrategias y habilidades emocionales básicas que los protejan de todos los factores de riesgo.

(Schroder, K. 2009, p. 22), afirma que: “Las habilidades emocionales se pueden definir como las capacidades y disposiciones para crear voluntariamente un estado de ánimo o sentimiento a partir del conocimiento que tenemos sobre la situación”, de este modo, conociendo qué pensamientos y sentimientos provocan nuestros estados de ánimo, podremos manejarlos mejor para solucionar los problemas que aquellos generan.

(Goleman Daniel, 2005, p. 108) considera que: “la inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios, ajenos y la habilidad para manejarlos, la misma que puede organizarse en cinco capacidades: conocer las emociones, sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación y manejar las relaciones”, es decir, puede relacionarse con toda facilidad con su entorno y afrontar las tareas o dificultades que algún momento se presenten.

La inteligencia emocional engloba una serie de cualidades emocionales que parecen tener importancia para el éxito, como por ejemplo; la empatía, la expresión y comprensión de sentimientos, el control de nuestros impulsos, la independencia y la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás, la automotivación, la autoestima.

Sin embargo, la inteligencia emocional como habilidad no se puede entender como un rasgo de la personalidad de una persona, es decir, no podemos diagnosticar el grado de inteligencia emocional de un individuo tan solo observando algún rasgo o característica de su personalidad.

Medición de la inteligencia emocional

Históricamente los conceptos de inteligencia y emoción se han desarrollado de forma separada, y es el constructo de inteligencia emocional el que permite integrar estos dos aspectos fundamentales del ser humano, lo que implica que las emociones y la razón están interconectadas.

Para (Mayer, Salovey, Caruso y Cherkasskiy, 2011, p 17), considera que:

En la actualidad, los aspectos racionales y emocionales comienzan a relacionarse asumiendo que no se trata de dos polos opuestos sino que son sistemas complementarios. Al igual que las emociones van a influir en nuestros pensamientos, nuestros procesos cognitivos van a influir en nuestros estados emocionales.

Entonces, permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento; lo que significa que las personas deben fortalecer esta habilidad para evitar tensiones desagradables logrando que el control emocional genera mejores relaciones en las actividades diarias, y por ende evita conflictos interpersonales contribuyendo al trabajo en equipo y el desempeño de sus capacidades.

(Mayer, et al., 2011, p. 112), considera que:

La medida actualmente más utilizada y mejor validada es el “Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test” (MSCEIT). Esta metodología proporciona un indicador más objetivo que las medidas de autoinforme y, según los autores, está menos sujeta a problemas de deseabilidad social, aunque no totalmente exenta.

Es decir, estos test de ejecución emocional miden destrezas emocionales que, a diferencia de los autoinformes de Inteligencia Emocional, se muestran como relativamente distintas con otras formas de inteligencia como el razonamiento verbal.

(Mayer & Salovey, 2007, p. 171) presentan el instrumento con otras mejoras:

El MSCEIT v. 2.0 es un instrumento compuesto por 141 ítems, y diseñado para medir los cuatro factores del modelo: a) percibir emociones de manera eficaz, b) usar emociones para facilitar el pensamiento, c) comprender las emociones y d) manejar emociones. A los participantes se les pide que cumplimenten un total de ocho tareas emocionales de diversa índole orientados en el modelo.

En este caso, el MSCEIT proporciona una puntuación total referidas a las áreas experiencial y estratégica cada una con sus subescalas.

En los últimos tiempos, son numerosos los investigadores que se han ido convenciendo de que el estudio de las emociones ayuda a explicar el comportamiento humano de forma más adecuada. De hecho, se han producido grandes cambios en el estudio de las emociones en las últimas décadas. Si bien las emociones han estado con nosotros desde el principio, no siempre les ha sido otorgado el mismo papel en la vida del ser humano. Así pues, dentro del ámbito de la psicología, el cognitivismo sostiene que las emociones dependen de la razón, y por tanto, son el producto de nuestras interpretaciones del entorno.

(Fernández-Abascal y Jiménez, 2010, p. 149), considera que: “la medición debe dar un mayor énfasis a los aspectos cognitivos, los mismos que van a orientar la habilidad para percibir, valorar y expresar la emoción adecuadamente y adaptativamente”, entonces se puede comprender la emoción y el conocimiento emocional que generen sentimientos que faciliten las actividades cognitivas y la acción adaptativa y la habilidad de regular las emociones en uno mismo y en los otros.

El que se pueda medir la inteligencia emocional es importante en la vida personal porque le permite desarrollar actividades individuales con su propio esfuerzo implementando su propio criterio de acuerdo a lo que cree que es lo correcto, pero también le permite aceptar opiniones de otra persona pero en cierta medida no todos lo tomaran de la misma manera pero lo sabrán interpretar acorde a sus necesidades.

Inteligencia emocional y personalidad

La inteligencia emocional en la formación de la personalidad va a constituirse como un conjunto de habilidades que permiten percibir, comprender y regular los estados afectivos y utilizar la información que proporcionan las emociones con el objetivo de facilitar el procesamiento cognitivo, sería una inteligencia genuina que permite mejorar la adaptación de los individuos al ambiente desde el procesamiento de la información emocional.

La inteligencia emocional fue presentada en sus inicios como una forma de inteligencia capaz de afectar el éxito en la vida de las personas en mayor medida que las habilidades intelectuales o cognitivas. Con esto la capacidad intelectual, en un sentido, comenzó a ser relegada para así dar más importancia a factores relacionados con el ámbito emotivo, como el poder empatizar con los demás para conseguir óptimas relaciones sociales o conocer los propios sentimientos y utilizarlos de manera efectiva.

En la actualidad los aspectos racionales y emocionales comienzan a relacionarse asumiendo que no se trata de dos polos opuestos, sino que son sistemas complementarios. Al igual que las emociones van a influir en nuestros pensamientos, nuestros procesos cognitivos van a influir en nuestros estados emocionales, este reconocimiento de los aspectos emocionales como factores determinantes de la adaptación de los individuos a su entorno, ha contribuido al surgimiento de un interés renovado por el estudio de la influencia de la Inteligencia Emocional en la personalidad.

(Athanasou, 2006, p. 31), considera que: “La personalidad puede sintetizarse como el conjunto de características o patrón de sentimientos y pensamientos ligados al comportamiento”, es decir, los pensamientos, sentimientos, actitudes y hábitos y la conducta de cada individuo, que persiste a lo largo del tiempo frente a distintas situaciones distinguiendo a un individuo de cualquier otro haciéndolo diferente a los demás.

(Allport, 2005, p. 13), considera que: “La personalidad es la organización dinámica, en el interior del individuo, de los sistemas psicofísicos que determinan su conducta y su pensamiento característicos”, lo que permite que las personas sepan reaccionar ante las situaciones y ante los demás logrando adaptarse a las exigencias de la vida.

La educación de los sentimientos comprende habilidades como el conocimiento propio, el autocontrol y equilibrio emocional, la capacidad de motivarse a uno mismo y a otros, el talento social, el optimismo, la constancia, la capacidad para reconocer y comprender los sentimientos de los demás.

(Eysenck, 2013, p. 169), manifiesta que:

Las personas que gozan de una buena inteligencia emocional son personas que suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces y hacen rendir mucho mejor su talento natural. Quienes, por el contrario, no logran dominar bien su vida emocional, se debaten en constantes luchas internas que socavan su capacidad de pensar, de trabajar y de relacionarse con los demás.

En este caso, como es lógico, no se trata de sustituir la razón por los sentimientos, ni tampoco lo contrario. Se trata de descubrir el modo inteligente de armonizar mente y corazón, razón y sentimientos. El gran logro de la inteligencia emocional es conseguir, en lo posible, unir el querer y el deber, porque así se alcanza siempre un grado de felicidad y de libertad altruista.

Perfil Profesional

Los perfiles profesionales evolucionan y cambian según la demanda ocupacional y el mercado de trabajo, por tanto son dinámicos. Deben considerar la demanda social es decir, las necesidades sociales de los grupos que son objeto de la intervención. Son analíticos, pues posibilitan orientar y promover el comportamiento futuro e identifican espacios y condiciones disponibles para desarrollar determinadas estrategias y acciones; y obedecen a la racionalidad diseñada por el currículo del plan de estudios.

(Chomsky, 2005, p. 31), define: “Perfil profesional es un conjunto de capacidades y competencias que identifican la formación de una persona para asumir en condiciones óptimas las responsabilidades propias del desarrollo de funciones y tareas de una determinada profesión”.

Por eso, el perfil profesional ayuda a las instituciones a elegir de la manera más asertiva la persona que necesita y es que el perfil profesional contempla factores importantes como experiencia del individuo, habilidades, destrezas, gustos y capacidades del candidato.

(Díaz, Barriga 2008, p. 7), opina que: “el perfil profesional lo componen tanto conocimientos y habilidades como actitudes. Todo esto en conjunto, definido operacionalmente, delimita un ejercicio profesional”.

Por lo cual, las competencias del perfil profesional deben desarrollarse en las personas a fin de estar capacitados al momento de insertarse en el mundo laboral profesional tanto en conocimientos como experiencia.

En el perfil de profesional hay un punto primordial y es el interés que tenga el candidato en el puesto a ocupar ya que de esta manera se afianza el compromiso hacia el trabajo.

Queda claro entonces que el perfil profesional es fundamental al momento de elegir un candidato, razones por la cual es evidente que la institución encargada de la educación superior debe ser de calidad y tomar en cuenta el aspecto emocional, desarrollo de habilidades sociales fundamentado con la parte cognitiva. La tarea de las universidades es asumir con responsabilidad la tarea de preparar a los profesionales a nivel de egresado para desempeñarse en las competencias centrales de la profesión con un alto grado de eficiencia en el ámbito laboral y bajo grado de errores, aspectos que podrían perjudicarlos en los diferentes puestos de trabajo.

Por eso, lo primero que toman en cuenta en una empresa sobre un candidato es la experiencia necesaria en puestos con características iguales con la única finalidad que el involucrado pueda desenvolverse y hacer el trabajo correctamente, también es muy importante mencionar que el aspecto emocional cuenta mucho en el perfil profesional ya que hoy en día toman muy en cuenta la capacidad en habilidades sociales.

(Troncoso J, 2007, p. 118), concibe al perfil profesional como: “el conjunto de rasgos y capacidades que, quien validadas oportunamente por quien tiene la competencia jurídica para ello, permite que alguien sea reconocido anta la sociedad como tal. Mostrándose competente en todas las encomiendas asignadas”.

Entonces, un egresado profesional de cualquier carrera tiene que salir preparado para las demandas del mercado laboral, pero todo esto depende de la importancia que se tome al perfil profesional en el currículo a más de las certificaciones emitidas por la universidad.

Formación Integral del profesional

En este tipo de orientación, las instituciones educativas deben asumir una responsabilidad académica diferente a la tradicional y construir un proyecto novedoso que incluya el desarrollo teórico, la integración de las funciones sustantivas, los planteamientos curriculares, el énfasis en la formación docente y los aspectos didácticos. Desde este punto de vista, la formación integral precisa desarrollar aspectos ideológicos, solidaridad, conciencia personal y colectiva.

(Ruiz. L. 2010, p. 1), define:

La formación integral de los estudiantes universitarios es aquella que ofrece la oportunidad de alcanzar una serie de competencias académicas, profesionales y cívicas, de cara al pleno desarrollo de una identidad, ciudadanía y profesionalidad, así como que cualifique para el aprendizaje a lo largo de toda la vida.

Entonces, la formación integral implica una perspectiva de aprendizaje intencionada, tendiente al fortalecimiento de una personalidad responsable, ética, crítica, participativa, creativa, solidaria y con capacidad de reconocer e interactuar con su entorno para que construya su identidad cultural. Busca promover el crecimiento humano a través de un proceso que supone una visión multidimensional de la persona, y tiende a desarrollar aspectos como la inteligencia emocional, intelectual, social, material y ética-valorar.

La formación integral es la que permite no solo instruir a los estudiantes en los saberes científicos, específicos de la ciencia, sino también, ofrecerles los elementos necesarios para que crezcan como personas buscando su desarrollar todas sus características, condiciones y potencialidades.

En sí, la formación integral sirve para orientar a la realización plena de un hombre y la mujer desde sus diferentes perspectivas, contribuyendo en gran medida al mejoramiento de la calidad de vida del entorno social, puesto que ningún ser humano se prepara o formar para beneficiarse a sí mismo, sino que lo hace en un medio determinado con expectativas de mejorar cada día, se hace realidad en el día a día con la práctica cotidiana de un institución ya que es ella la que planean los programas y acciones educativas dirigidos al mejoramiento de los estudiantes, y es meritorio mencionar que el currículo es el medio que hace posible que la práctica cotidiana alcance esta gran realidad.

En la formación integral, el aprendizaje de las profesiones implica no sólo la adquisición de los conocimientos específicos y las técnicas adecuadas para el ejercicio profesional, sino también requiere la internalización de valores, actitudes y formas de comportamiento que contribuyan a que el estudiante participe en la transformación y el mejoramiento de las condiciones sociales. Para cumplir en plenitud con la función docente se requiere abordar la educación universitaria con un sentido en donde el profesor y el estudiante se potencian para generar aprendizaje, verdad, conocimiento de sí y del otro, de tal modo que el proceso educativo propicie además el desarrollo de aptitudes y actitudes, fruto de la maduración de criterios y valores para lograr el crecimiento personal y el beneficio colectivo.

(Wechsler, H 2005, p. 39), considera que. “La formación integral es concebida como un proceso continuo de desarrollo de todas las potencialidades del ser humano que lo orienta hacia la búsqueda de su plenitud, el aprender a ser, aprender a hacer, aprender a aprender, aprender a emprender y aprender a convivir”.

Entonces, la formación integral comprende el desarrollo del espíritu, a través de la cultura; del intelecto, mediante la vida académica; de los sentimientos y emociones, por la convivencia y la vida artística; de la integridad física, a través del deporte y la orientación para la salud; y de la vida social, mediante actividades cívicas.

(Masabanda, M. 2011, p. 289), la educación integral, concibe como:

Un proceso complejo, abierto e inacabado, mediante el cual se contribuye no sólo a desarrollar competencias profesionales, sino también, y fundamentalmente, a forjar en los estudiantes nuevas actitudes y competencias intelectuales; nuevas formas de vivir en sociedad movilizadas por la significación de los valores de justicia, libertad, solidaridad y reconocimiento de la diferencia, tanto por el sentido de lo justo y del bien común; nuevas maneras de relacionarnos con nuestra memoria colectiva, con el mundo en que vivimos, con los otros y con nosotros mismos; lo que implica la sensibilización ante las dimensiones éticas de nuestra existencia.

Por ello, la formación del estudiante ha sido motivo de reflexión a lo largo de muchos años entre profesores y estudiantes, logrando la orientación de un currículo que busca conferir a los estudiantes y profesores la capacidad de comprender que es necesario confrontar los conocimientos específicos con la realidad, vinculando la teoría con la práctica y estableciendo un proceso educativo estrechamente ligado a los problemas y necesidades del entorno.

Resultados y discusión

Considerando a la inteligencia emocional y la formación integral como variables de esta investigación, de forma continua se presenta el análisis de la información obtenida a través de la técnica de la encuesta que con su instrumento cuestionario abordo 5 temáticas de cada una de las variables, se trabajó de forma directa con la población total ya que la misma es finita y se detalla a continuación

POBLACION TOTAL
Docentes 16
Docentes Auxiliares 9
Total 25

En relación a la encuesta aplicada a los docentes sujetos de la investigación se obtuvieron los siguientes resultados

CUANDO TIENE PROBLEMAS EMOCIONALES, USTED COMENTA A ALGUIEN

Gráfico 1

Fuente: Encuesta aplicada a los Docentes de la UE Santo Domingo de los Colorados

Análisis e Interpretación:

El 32 ,0 % de los docentes manifiestan a veces comentan con alguien sobre sus problemas emocionales, 28,0 % dice que casi siempre, el 24,0 % siempre, 12,0 % casi nunca y el 4,0 % nunca. Lo que evidencia que es necesario que en las universidades se implementen temas como la inteligencia emocional, los mismos que beneficien el desarrollo integral tanto de estudiantes como docentes.

CREE USTED QUE ES IMPORTANTE GENERAR ESPACIOS DENTRO DE LA FORMACION ACADÉMICA, EN LOS CUALES TODA LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA REFLEXIONE SOBRE EL VERDADERO CONCEPTO DE LA FORMACIÓN INTEGRAL

Gráfico 2

Fuente: Encuesta aplicada a los Docentes de la UE Santo Domingo de los Colorados

Análisis e Interpretación:

El 44,0 % de docentes confirman que siempre es importante generar espacios dentro de la formación académica, en los cuales toda la comunidad reflexione sobre el verdadero concepto de la formación integral, un 36, 0 % dice que casi siempre, el 16,0 % a veces y el 4,0 % casi nunca y 0% nunca, Con respecto al resultado de la encuesta aplicada hacia los señores docentes.

PIENSA USTED QUE, AL TRATARSE TEMAS COMO LA INTELIGENCIA EMOCIONAL DENTRO DE LA FORMACIÓN INTEGRAL DE LOS ESTUDIANTES, SE LOGRARÁ CONTRIBUIR AL MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD DE VIDA DEL ENTORNO UNIVERSITARIO

Gráfico 3

Fuente: Encuesta aplicada a los Docentes de la UE Santo Domingo de los Colorados

Análisis e Interpretación:

El de 52,0 % de docentes exponen que siempre logrará encontrarse satisfecho dentro de la comunidad educativa y por ende mejorar su desarrollo integral con la implementación de temas sobre inteligencia emocional, un 24,0% casi siempre, 16,0 % a veces, 8,0% casi nunca y un 0,0 % nunca.

REFLEXIONA USTED SOBRE LAS CAUSAS DE SUS SENTIMIENTOS Y EMOCIONES

Gráfico 4

Fuente: Encuesta aplicada a los Docentes de la UE Santo Domingo de los Colorados

Análisis e Interpretación:

El 56,0 % de docentes encuestados reflexionan casi siempre sobres las causas de sus sentimientos y emociones, 28,0% siempre, 16,0% a veces, 0,0 % nunca y casi nunca, lo que deja comprobado la importancia de tratar estos temas en la vida del ser humano.

CONSIDERA USTED NECESARIO INCLUIR DENTRO DEL PROCESO DE APRENDIZAJE DE LOS ESTUDIANTES TEMAS SOBRE INTELIGENCIA EMOCIONAL COMO COMPLEMENTO PARA SU FORMACIÓN INTEGRAL

Gráfico

Fuente: Encuesta aplicada a los Docentes de la UE Santo Domingo de los Colorados

Análisis e Interpretación:

El 64,0 % de docentes relacionan que siempre se debería incluir temas sobre inteligencia emocional, porque están de acuerdo en el gran beneficio que aporta en su formación integral, quedando como minoría un porcentaje de 20,0 % a veces, 16,0 casis siempre y un 0,0 % nunca.

LOS DIALOGOS O CONVERSACIONES CON LOS INTEGRANTES DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA SON FRECUENTES

Gráfico

Fuente: Encuesta aplicada a los Docentes de la UE Santo Domingo de los Colorados

Análisis e Interpretación:

El 48,0 % de docentes encuestados ratifican que, si existe con frecuencia los diálogos o conversaciones entre integrantes de la comunidad educativa, 28,0 % a veces, 20,0 % siempre, 4,0 % casi nunca y 0,0 % nunca.

ACEPTA USTED SUGERENCIAS POR PARTE DE SUS ESTUDIANTES SOBRE ASPECTOS RELACIONADOS A LA METODOLOGÍA UTILIZADA EN CLASE

Gráfico

Fuente: Encuesta aplicada a los Docentes de la UE Santo Domingo de los Colorados

Análisis e Interpretación:

El 48,0 % de docentes encuestados exponen que siempre aceptan sugerencias por parte de sus estudiantes, sobre aspectos relacionados a la metodología utilizada en clase, 36,0 % casi siempre, 16,0 % a veces, 0,0 % casi nunca y nunca.

CUANDO UN DOCENTE PRESENTA UNA ALTERACIÓN EN SU COMPORTAMIENTO AFECTA A LA FORMACIÓN INTEGRAL DEL ESTUDIANTE

Gráfico

Fuente: Encuesta aplicada a los Docentes de la UE Santo Domingo de los Colorados

Análisis e Interpretación:

El 44,0 % de docentes encuestados consideran que si mantienen un comportamiento inadecuado en el entorno académico afectará su formación integral, el 36% dice que casi siempre, el 16% dice que a veces, el 1% dice que casi siempre, y el 0% dice que nunca

UTILIZA MÉTODOS Y TÉCNICAS DE ENSEÑANZA - APRENDIZAJE QUE FORTALEZCAN EL DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Gráfico

Fuente: Encuesta aplicada a los Docentes de la UE Santo Domingo de los Colorados

Análisis e Interpretación:

El 48,0 % de los docentes encuestados responden que a veces utilizan métodos y técnicas de enseñanza – aprendizaje que fortalezcan el desarrollo de la inteligencia emocional, un 24,0 % dice que casi siempre, el 16,0 % siempre y el 12,0 % casi nunca, 0,0 % nunca. En tal virtud se evidencia que la mayoría de docentes admiten utilizar pocas veces estrategias o métodos que fortalezcan la inteligencia emocional en el proceso de aprendizaje, indicando que realmente es fundamental desarrollar este tipo de temas en sus jornadas académicas.

LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES DEBEN SER CONSIDERADAS EN LA FORMACIÓN INTEGRAL DEL INDIVIDUO

Gráfico

Fuente: Encuesta aplicada a los Docentes de la UE Santo Domingo de los Colorados

Análisis e Interpretación:

El 60,0 % de docentes responden que siempre las diferencias individuales deben ser consideradas en la formación integral del individuo en un 24,0 % dice que casi siempre y el 16,0 % a veces, 0;0% nunca y casi nunca.

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